Más de cien niños y niñas acuden cada día a
la escuela SDN 24 de Meulaboh. Estos niños aún no habían nacido cuando el
tsunami castigó a esta localidad indonesia en diciembre de 2004, dejándola
reducida a escombros y destrucción, pero están más que familiarizados con este
fenómeno.
Dian, directora del colegio de primaria SDN 24 de Meulaboh. |
Con el tsunami esta escuela quedó prácticamente
desaparecida. Afortunadamente era fin de semana y el centro se encontraba
vacío. Pasada la fase de emergencia, la administración rehusó la reconstrucción
de la escuela porque había otras prioridades. Su actual directora, Dian, está
tan agradecida a Cruz Roja por haber construido de nuevo la escuela, que se le
saltan las lágrimas y se emociona al recordar lo que tuvo que luchar para que
el gobierno local permitiera que este proyecto saliera adelante y retomaran de
nuevo las clases.
Cuenta orgullosa que a lo largo de estos
diez años ha ido aumentando paulatinamente el número de niños en la localidad y
en su escuela. Hoy en día Dian y un equipo de 15 profesoras les forman en
matemáticas, inglés, religión, ética, bahasa (idioma de Indonesia), gimnasia,
lectura… proporcionando a los niños de Meulaboh una educación de calidad. Ahora
es época de exámenes, por eso reducen a cuatro el número de horas de clase al
día. Quienes pasarán a secundaria deben aprobar todo y los encontramos más nerviosos.
La reducción
y preparación ante desastres es una de las prioridades en Meulaboh desde
2004. Los niños reciben en la escuela y en casa información básica para
afrontar un posible terremoto o tsunami y aunque no lo han vivido en primera
persona, conocen las consecuencias terribles que ocasiona y lo importante que
es una reacción rápida para salvar la vida.
El sistema educativo indonesio divide la
formación del alumnado en 6 años de primaria, 3 años de secundaria y 3 años de
bachiller. Para los indonesios el uniforme
es una prioridad. Los niños y niñas visten iguales, conforme a unas pautas de
colores establecidas para ropa de calle y deportiva.
Cuando terminan las horas lectivas, las
escuelas albergan las actividades de ocio y tiempo libre de los diferentes
grupos de scouts que hay en todo el país. A través de estas agrupaciones se
trabaja la educación en valores y se les transmiten conocimientos
complementarios a los que reciben en casa y en el colegio.
Continuando nuestra visita a Meulaboh nos
dirigimos a la escuela de secundaria SNP 1 para conocer a un grupo de jóvenes
de entre 12 y 15 años que nos reciben excitados. Les llamamos mucho la
atención y nuestra visita se convierte en un momento extraordinario que
recordar y que contar cuando lleguen a casa. Nos hacen preguntas para conocer
cómo es nuestro estilo de vida, si también nos gusta el fútbol, qué comemos en
España y si tenemos juegos en el móvil. Quedan sorprendidos al darse cuenta de
que, aunque físicamente no nos parecemos, no somos tan diferentes a ellos y que
nos gusta el sitio en el que viven porque nos resulta muy tranquilo y acogedor
y sobre todo porque ellos son muy amables y sonrientes.
- ¿Qué querríais ser de mayor?
Hablando con ellos descubrimos que uno de
ellos quiere ser policía para ayudar a sus vecinos y protegerles, quiere
convertirse en un hombre bien formado y capacitado para desarrollar ese trabajo.
Otro compañero sin embargo quiere prepararse para ser ulema, el líder religioso
de la región. Cree que si lo logra podrá salir fuera, aprender y mejorar la
forma en que se vive la religión allí. Y una de las niñas más aplicadas nos comenta
que de mayor será médico. Disfruta las clases de inglés y biología, se le da
realmente bien y está convencida de que podrá aportar mucho a la sociedad si se
dedica a ello.
Niños y jóvenes indonesios con grandes
aspiraciones para su futuro, que quieren mejorar la vida de los demás y ser
felices haciendo lo que les gusta.
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